In Loving Memory of Roberto (Tico) Peña González
March 9, 1990 – February 8, 2025

Half Cuban, half Puerto Rican, and proud to be born and raised in Puerto Rico.

With heavy hearts, we share the passing of Roberto "Tico" Peña González, who left us far too soon at the age of 34. From the time he was a kid, Tico had a passion for video games and cars—always chasing the thrill of competition and the beauty of mechanics. He loved getting his hands dirty, whether it was fixing up a broken car, tinkering with gadgets, or helping out a friend with whatever needed repair.

He was a big guy with an even bigger heart—a gentle soul who loved deeply and never hesitated to show it. A hopeless romantic, he believed in love, second chances, and always striving to be better. Life threw him challenges, but he never stopped pushing forward, learning, and making the people around him smile.

Tico is survived by his loving parents, Awilda and Roberto; his sister, Amarilis; his nieces and nephew; and a circle of family and friends who will forever hold him close in their hearts. His presence, his laughter, and his love will be deeply missed but never forgotten.

A mass to honor his life will be held back home in Puerto Rico.

Rest easy, Tico. You were loved more than words can say.

En Amorosa Memoria de Roberto (Tico) Peña González
9 de marzo de 1990 – 8 de febrero de 2025

Mitad cubano, mitad puertorriqueño, orgullosamente nacido y criado en Puerto Rico.

Con el corazón pesado, compartimos la partida de Roberto "Tico" Peña González, quien nos dejó demasiado pronto a los 34 años. Desde pequeño, Tico tuvo una gran pasión por los videojuegos y los carros—siempre en busca de la emoción de la competencia y la belleza de la mecánica. Le encantaba ensuciarse las manos arreglando cosas, ya fuera comprando un carro dañado con la esperanza de restaurarlo, reparando cualquier cosa en casa o ayudando a un amigo con lo que necesitara.

Era un hombre grande con un corazón aún más grande—un alma noble que amaba con intensidad y sin reservas. Un romántico empedernido, creía en el amor, en las segundas oportunidades y en la importancia de superarse cada día. La vida le puso retos en el camino, pero nunca dejó de luchar, de aprender y de hacer sonreír a quienes lo rodeaban.

Tico deja en el corazón de su familia y amigos un vacío imposible de llenar. Lo sobreviven sus amados padres, Awilda y Roberto; su hermana, Amarilis; sus sobrinos y un círculo de familiares y amigos que siempre lo llevarán en su memoria. Su presencia, su risa y su amor serán profundamente extrañados, pero jamás olvidados.

Se celebrará una misa en su honor en Puerto Rico.

Descansa en paz, Tico. Fuiste más amado de lo que las palabras pueden expresar.